Fucsia es el color de los tejidos latinoamericanos. El tinte se obtiene de un insecto autóctono de América Latina, y del naranja al marrón vira a múltiples tonalidades de rojo pasando por un exclusivo rosado intenso. Colón lo llevó a Europa como prueba de la otredad de este continente. Fucsia fue el color con el que Frida Kahlo shockeó a Elsa Schiaparelli. Fucsia es identidad 100%. PIENSA EN FUCSIA

sábado, 28 de febrero de 2015

Cenar a la luz de la luna, los últimos oficios del verano.


A mi vuelta de la Estancia Santa Rita, Coqui me esperaba sacando chispas. Tenía un grave problema "decorativo": una cena en su jardín, para aprovechar las últimas noches de verano y las magníficas estrellas del cielo del hemisferio sur.


- ¿Y cual es el problema... decorativo? solté azorada. Porque ¿puede haber mejor escenario para una cena que un jardín nocturno? Y si hay algo que define a mi amiga aguafiestas, es la decó&design. Ella jamás cambiaría sus preferencias por los consejos de una amiga de dudoso "buen gusto".
- ¡Es que yo de jardines no entiendo nada! se sinceró Coqui con dolor.
- ¿Y cual es el problema?
- ¡Que de comidas tampoco!
- ¡Ahhhhh! ¡Aaaaahora entiendooooooooo! Qué oportunidad para reivindicarme Coquiiiiiii....
- Uufffff. 
¡Claro! Coqui cayó presa de su manía de encontrar problemas, me digo, y ahí viene mi dulce revancha:
- Tantas veces me ayudaste, Coqui... y también te padecí... ¡Esta vez me toca a mí!
Coqui está entregada: -Sip...




Veamos qué tenemos para la ambientación natural, le digo:
-Noche, estrellas, luz de luna, temperatura agradable a cálida, mosquitos, viento quizás, lluvia ¡por Dios no! e IVNIS.
- ¿Ivnis?
- ¿Y qué creías? Cuando cenás en el jardín, hay todo tipo de Insectos Voladores No Identificados.
- Ya me estoy arrepintiendo
- Adelante Coqui, que lo cortés no quita lo valiente.
-NO! me estoy arrepintiendo de haberte convocado! Sólo ves problemas.
-Coqui: ese es TU estilo, no el mío. MI estilo es el confort. ¡Y durante la cena los invitados no deben sentirse sumergidos en la selva virgen!


 
-Sí claaaaaaro. Me vas a decir que tampoco en Versailles. Aunque a mí me gustan las mesas con cristales, candelabros, flores...¡y que no se vuelle el mantel!
- Podés tener todo eso Coqui. pero en verano, con amigos, una manera más fresca, más "casual", menos formal, sin tanta pompa y circunstancia ¡da para distenderse más!



-¡Ay, no! Esto es demasiado minimalista, demasiado frugal. Yo jamás serviría una mesa así pelada, sin mantel, sin cubiertos, con un limón como centro... ¡Puajj!
- No exageres. Como está de moda, pensé que te gustaba el minimalismo extremo, Coqui. Hay gente que daría lo que no tiene por un jardín así! Entonces veamos otra cosa.



-Es muy rústico! Tampoco va conmigo!


 
- Esta mesa ya tiene más glam.
- Lo sé, Coqui, lo sé.



 - Un glam demasiado romántico, amiga!



- Ahhhhh Coqui! Sos difícil. ¡Entonces romántico tampoco! Pero flores o arreglos vegetales sí Coqui. Flores sí. Y si no querés un arreglo muy ostentoso, poné unas simples flores "mejoradas" con luces.










 
-¿Qué me decís de estas flores de papel con lucecitas de navidad en sus uniones?
- ¡Me encantan!
- Las luces son importantísimas. Muchas, muchísimas si es posible. De distintos tamaños, como esto ¿qué te parece Coqui?



- Un casamiento.
- No seas mala, Coqui. ¡Sos tremenda! También podría ser para una mesa larga con amigos.






- Y también luces en el suelo. Muchas y pequeñas. Las grandes son grandes atractores para los IVNIS.
- ¿Y qué hacemos con eso?
- Para evitar insectos es mejor poner un tul, una sombrilla, un toldo... y pastillas matamosquitos sobre todas las fuentes de calor que tengas cerca, por ejemplo sobre lamparitas eléctricas. Su calor hace que las tarjetas despidan el perfume insecticida.



 
 
 
 
 
- ¡Los farolitos vienen muy bien para eso!
- ¡Claro! Y tienen algo de misterio.





-¿Qué te parecen estos faroles caseros?
- Divinos, aunque soy un cero a la izquierda para fabricar estas cosas. Prefiero comprarlos.



-Los días anteriores hay que rociar el cesped con acaroína o algún otro insecticida universal, para que los bichos eviten no sólo volar, sino pisar el lugar.
- Parecés "Clarisa la exterminadora".
- Sólo intento que la cena sea con quienes nos sentimos cómodas, Coqui. ¡No una batalla campal!
-O.K. ¿Y la comida, Coqui? Finalmente, creo que me gustaría servir una mesa como esta:



- Preciosa. Pero recordá que la vajilla de que dispongas marca el estilo de la mesa. Aquí tenés un mapa con distintos servicios de mesa. Despues no digas que me guardo la info.
 
 
 
- Bien. Entonces dejame pensar:  con vajilla sencilla podría servir  "food-fingers", un plato y postre . O mesa tipo americana, donde cada uno se sirve y la vajilla es mínima.



- ¡Muy bien Coqui! Si sos capaz de llamarte a tanta sencillez, te voy a regalar algo así para tu casorio.
-¡Yo no me pienso casar!


 

-Por eso, Coqui. Por eso. Como jamás vamos a preparar una mesa como esta, salvo que te ganes un premio como decoradora, y para que no se nos agüe la fiesta, mejor aprovechemos las últimas noches del verano para invitar a los amigos y cenar, cenar y cenar. 
- Encantada Clarisa. Pero yo como con mantel.
- ¡Te lo garantizo! De algodón para que absorva lo que se vuelque
- Pero: ¡yo no vuelco nada! me interrumpió Coqui.
- Me imagino, Coqui, pero si alguna de las dos tuviera un "accidente"... Hasta se estila un camino de mesa para reforzar la "zona roja". Es mejor que lo volcado desaparezca en el mantel, y que este noble elemento que NO ES decorativo aunque una pueda lucirse como nunca gracias a él esté atado debajo de la mesa, clavado con chinches por debajo de la tabla horizontal de la mesa o con pesitas en los extremos.
-Toucheé, Clarisa.
 
 
 
 
 

sábado, 21 de febrero de 2015

Una estancia pampeana donde se quedó a vivir la fantasía: Santa Rita

 



Si no hubiera sido el más grande tambo de las pampas argentinas, con sus 13.163 hectáreas íntegramente dedicadas a la cría de ganado para la producción lechera, jamás habría dicho que Santa Rita fué de verdad una estancia. Porque en la todavía monótona llanura elevó su casco rosado, imponente y fantástico como un faro para la imaginación sedienta de esas interminables tierras de horizonte achatado.
Se las muestro ahora que no esta Coqui, mi amiga aguafiestas, ya que pese al abolengo que ostenta, si en algo es única y puede alardear la Estancia Santa Rita es de poco tradicional, incluso insolente, cosa que a Coqui -cultora de las buenas formas y la normalidad-, le disgusta profundamente. Lo llamativo de Santa Rita es que siendo una de las estancias más antiguas del Virreinato del Río de La Plata, una barrera de los colonos españoles y la "civilización" frente a la indiada de las pampas, su casco se irguió sin intimidar: amable, caprichoso y gentil.




No esperen de ella una típica estancia colonial pampeana, ni de estilo inglés o normando como muchas, ni siquiera francés, como esos fastuosos castillitos/estancia que a Coqui, obviamente, le encantan, construidos en la bonanza de principios del siglo 20 por los herederos de la conquista y del suelo arrebatado a las tribus originarias.
Santa Rita tiene un raro estilo renacentista neogótico con acento italiano y toques modernos que la diferencian por demás.




De su extensión original conserva unas 200 hectáreas, de las cuales 40 son de antiguos bosques con avenidas de eucaliptus, casuarinas y ombúes. Hay una gran laguna artificial que congrega garzas y patos salvajes y tiene una parquización fantástica, con esculturas, piscina, cancha de pelota vasca, dos casas para huéspedes, capilla propia y espectaculares vistas.






Garzas y toda clase de aves sin stress habitan la laguna





La estancia surgió en tiempos del Virrey Vértiz, quien otorgaba grandes extensiones a familias pudientes para que construyeran un fuerte en la parte distal de Buenos Aires, sobre el río Salado hacia el territorio tehuelche, y una capilla en la parte proximal.
Entre 1792-1795 los Costa Argibel, abuelos de Encarnación Ezcurra, construyeron la capilla que aún existe. El fuerte es posterior, y fundamental para frenar el avance de la "indiada" que asediaba. Encarnación , la nieta de los Argibel y esposa de Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires, la heredó y continuó ampliandola. El parque conserva aún numerosas esculturas que eran del gusto de Encarnación Ezcurra.
Así, la segunda casa se construyó hacia 1840. En 1890 Santa Rita pasó a manos del senador provincial Antonio Carboni, quien fundó el pueblo homónimo en terrenos de la estancia e hizo un apeadero del ferrocarril. Conclusión: hay vías y el tren atraviesa Santa Rita.
 
 
 
 
En 1988 la familia Nüdemberg visitó, se enamoró y compró la estancia para hacer de ella su lugar en el mundo. Franklin, dueño de casa, se ocupó personalmente de remodelar interiores y exteriores en un estilo italianísimo, evidente en los estucados que aprendió a realizar durante sus estudios de arte en el viejo mundo. Desde 1996 decidió transformarla en una estancia-boutique, con 17 habitaciones distribuidas en dos casas: de los Leones y de las Glicinas.


La casa de los Leones


















La Casa de las Glicinas -de la cual toda la galería que vimos es parte- es la construcción original, que contaba con muchos arcos para recibir los carruajes de las visitas. Tiene un living en desnivel, un lujoso comedor, varias habitaciones con salida a la galería y tres en la planta alta con excelente vista al bosque. La Casa de los Leones es una construcción más reciente, de 1840. Posee tres plantas, torre y habitaciones con baño en suite. 





Los estucos de Franklin Nüdemberg son famosos en los alrededores, al punto que los muchachos que le ayudaron a hacerlos viven actualmente de realizarlos para los vecinos de la localidad de Carboni


 

Este es el living en desnivel, una verdadera insolencia para una estancia tradicional,
pero no nos importa ¿no? Aquí brinda calidez, comodidad y sosiego.



El interior trata de respetar los aires palaciegos de todo el edificio


El apacible y elegante comedor mira al parque
y las esculturas antiguas de los Ezcurra.






El descanso de la escalera es un rinconcito amable para la charla, y sospecho que para Coqui lo mejor es el balcón hacia el living, apto para que una dama asome en su noche de presentación en sociedad.




 
 








Escalera hacia  el primer piso en la Casa de los Leones

El descanso de la escalera es obra completa, esculturas incluidas, de Franklin Nüdemberg 

Coqui seguramente diría que todos estos estucados dan a la estancia el indispensable "toque Dorothy Drapper", pero hagamos caso omiso de sus  posibles comentarios. Yo creo que la imaginación de Franklin no necesitó jamás de la remanida Dorothy. 

El comedor-bar sigue en la misma línea estética







Olvidemos definitivamente a Dorothy: esto ya es muy italiano.

Esta habitación se llama "Araucaria" ¡y parece muy moderna!


Primera habitación de la galería

Otra vista de la misma habitación

Habitación "Aljibe"





 
Habitación "Palmera"





Casa de los Leones: habitación "Bordo"


Casa de los Leones: habitación del frente

Otra vista de la misma habitación


misma habitación
 
Exterior habitación del frente, es la fachada más alta de la estancia.


Vista de la fuente desde la habitación del frente





 




Casa de las Glicinas: habitación "chino"

No esta de más aclarar que los tapizados, cortinas y baldaquinos son de brocatos, panas y algodones según el estilo, color y motivos del virreinato. Los amoblamientos también son antiguos, heredados por el dueño de casa. Así como muchas de las puertas que se agregaron fueron compradas en demoliciones directamente por él.











Casa de las Glicinas



Glorieta



Casco principal: contruido entre 1795 y 1814 en forma de U con rejas en el frente. Carboni lo compró en 1895 modificó bastante con un estilo más italianizante.



La vieja torre servía para divisar la llegada de los "indios".
Hoy esta coronada por una cúpula que la familia Nüdemberg colocó y es la insignia de la actual estancia.




El casco fue contruido en estilo victoriano temprano conciertos aspectos neoclásicos y elementos barrocos.




El parque esta custodiado por las numerosas esculturas que colocó allí la familia Ezcurra, mientras que las fuentes son obra del último dueño del lugar; Franklin Nüdemberg.


Fuente frente a la Casa de los Leones
Uno de los leones, antiguos custodios del casco neogótico.



Capilla

La capilla data de 1792-1795. El altar original fue barroco y luego susstituído por el senador Carboni por un altar neogótico, más a la moda en ese momento. Supongo que esta capilla le gustaría mucho a Coqui, porque guarda un tesoro: un cáliz del 1500-1600, íntegramente reallizado a mano, traido de Lucca, en la Toscana, Italia.
 
 
 



Los dejo soñando. Yo vuelvo a Buenos Aires, donde me espera mi amiga Coqui. Yo no quería que arruinara mi viaje y no  le dije que estaba aquí. Espero que ustedes se deleiten con Santa Rita, porque no habrá ninguna igual. ¡Ninguna!