Fucsia es el color de los tejidos latinoamericanos. El tinte se obtiene de un insecto autóctono de América Latina, y del naranja al marrón vira a múltiples tonalidades de rojo pasando por un exclusivo rosado intenso. Colón lo llevó a Europa como prueba de la otredad de este continente. Fucsia fue el color con el que Frida Kahlo shockeó a Elsa Schiaparelli. Fucsia es identidad 100%. PIENSA EN FUCSIA
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lunes, 13 de julio de 2015

Jardines interiores

 
 
-¿Qué hiciste en tu sala, Clarisa?
-¡Es invierno! Me traje las plantas que más sufren el frío para adentro.
-¡Pero querida! Dejalo así en verano también. ¡Es un vergel!
-¿Te gusta????
-Se parece a los jardines de Babilonia.
-¿Por lo helechos colgantes?
-¡No. Por lo exhuberante y bohemio, por su onda oriental!
-En realidad esta habitación continúa el patio. Ahorré lugar colgando plantas a distintas alturas para que se vean naturales.
-Buena transición de afuera hacia adentro.
 
 

 
 -Exacto. Por eso una planta en el vestíbulo es imprescindible.
 
 
 
 
-¡Pero acá estan las plantas en el piso!
-Otro buen lugar donde colocar macetas, Coqui. Además las plantas pequeñas obligan a la colección, para hacerlas visibles. A mí me inspiran, me invitan a la meditación. Amé este rincón a ras del suelo para el relax.
-Tiene personalidad. Claro que los muebles no son relevantes, no importan tanto como la disposición de las plantas, que hacen que una se vea sumergida en las frondas. Si hasta parece que hubieras aprendido algo de todo lo que te enseñé.
Sí, claro. Coqui se cree el ombligo del universo. Piensa que esto lo aprendí de ella.
 
 
 
 
 
 
-Confieso que no, Coqui. Aprendí de mirar. Juntar plantas no hace un jardín, como juntar macetas no decora nada.  Aquí las plantas delimitan una zona especialmente cálida dentro de un gran cuarto de estar.
-Una zona algo atiborrada pero... ¡interesante! Aunque para delimitar me parece mejor elegir plantas muy vistosas y maceteros en materiales a juego con la decoración.
 
 
 

-Claaaaaaaaro. Una planta XXL atrae la mirada necesariamente.
 
 
 
 
O proporciona un punto focal. El macetero es tan clásico en su marquetería como las puertas y paredes de la habitación.  
El malvón blanco sobre la mesita separa, atrae y a la vez da mayor intimidad a los sillones junto a la chimenea, ¿ves Clarisa? La maceta con su fibra natural tejida contribuye a ese aire tan rústico.
 
 
 
 
 
-Muy buenos tus tips. Yo no los usaría en una parte de la casa... ¡sino en tooooooodas!
-¿Qué? ¿En cada habitación?
-Obbbbbbbbvio. Me dí alta cuerda con las plantas de interior. A mí me encantó tu decorador William Gaylord, cuando me lo presentaste aquella vez del "total white".
-¿Y?
-Y busqué material, me pareció un maestro al usar esos cactus suspendidos en el aire de unas habitaciones tan inmaculadamente blancas, dándoles vida.
-Ah. Mirá vos.
-¿Creías que yo no tengo vista propia? Pues bien, mirá a Gaylord y sus plantas. Un maestro para agruparlas, y no las escatima en ningún rincón:
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Son fotos de su casa en Carmel, EEUU, de la revista Architectural Digest, mayo-junio 1972. En esa época las plantas de interior eran re-top, pero él fue mucho más allá. ¿Ves cómo agregó floreros por todos lados?
-¡Sí! Fue un exagerado excitoso.
-Yo no diría eso, Clarisa. Un barroco-pop excitoso.
-¿Barroco pop? ¿Qué es eso, Coqui?
-Y bueno, ¿decime si  no es barroco?  
 - O.k. Con esos recipientes cerámicos no es tan pop, ¿eh?
-Ahá. Pero son adecuadísimos a esas habitaciones eclécticas en predominantes tonos tierra.
 
 
 
 
-Esto no es Gaylord.
-Pero es setentista también, Clarisa. Más minimalista, claro.
-No tanto como ahora, Coqui.
-Quizás. Pero sólo por los treillages.
-Por los...
-Enrejados, Clarisa. Otro truco para llevar los exteriores al interior. 
 -Ahhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!
 
 
 
-Mirá acá Coqui... ¡hasta las plantas son minimalistas! Y sus contenedores de superficies limpias y brillantes, llenos de glamour.
-¡Qué arte! La altura de las plantas ocupa la altura de la habitación. Plantas altas para techos altos o huecos de escaleras: eso es armonía.
De todos modos para Coqui, que no sabe hacer crecer más que un tonto potus, cualquier jardín mínimo ya es arte.
-A mí me gustan las plantas agrupadas, Coqui, cosa no fácil de hacer, pero de efecto impactante:
 
 
 
 
-Son dos nada más. Atrás hay un espejo que las multiplica, Clarisa.
-¡Buen truco! Igualmente no es tan fácil reunir plantas armónicamente sin que surja una selva virgen. Me pasa, Coqui: fabrico selvas donde sólo deseaba un toque de verde. 
 
 
 
 
Un espejo ahorra plantas, macetas e insectos y produce el jardín.
-Prefiero el minimalismo, Clarisa. De a una o dos plantas solamente es más sutil.
 
 
 
 
-¿Como esto?
-¿ Un gigantesco banano en una cocina? 
- ¿Qué tiene de malo? En las esquinas que interrumpen el paso, Coqui, las plantas son otro buen truco: el espacio libre del fondo recorta sus formas orgánicas y las vuelve muy decorativas. Además, también así ayudan a delimitar visualmente distintas zonas.
 
 
 
 
 
 -¡Ahá! No me gusta tu banano cocinero, pero estos bulbos brotados que raspan el aire son... ¡maravillosos!
 
 
 
 
 
 
 
 
-Agrupadas avivan y son otro recurso en la decoración; solitas y pequeñas, quedan bien como centro de mesa.





-Clarisa, lo decís como si estuvieran indefensas pero ¡acá hay más de un centro de mesa! Porque son todas plantas pequeñas, bajas y prolijas.

 
 
 
 
 
¡Pero qué bueno éste centro gigante con una kokedama XXL!  
-¿Ingenioso, no? Y no es tu odiado banano.
 
 
 
 
Esta otra XXL, Coqui son flores de papiro con hojas de palma en la casa de Humberto Pastis, un jardinero muy sensible, para quien los verdaderos jardines son aquellos pequeños rincones de plantas improvisados aún sin terreno.
 
 
 
 
 
 
 
-¡Quien diría! A Clarisa le gustan los potus y cisus al por mayor. Quedan bien ¡qué tonta! Casi siempre las plantas quedan bien. Son un toque de vida, forma y color. 
-El asunto es no matarlas, Coqui. O más bien: mantenerlas con vida esten donde esten.
 
 
 
 
 
 
-Sí, ¿no?
-Hasta en una cocina o baño hay que cuidarlas: regarlas, rociarlas. Aún tan minimalistas como las plantas crasas las tenés que cuidar. Nunca pongas una planta donde no haya luz y humedad adecuadas. Después el riego es cuestión de constancia.
-¿En la cocina y el baño también, Clarisa?
 
 
 
 
 
 
 
-Sí. Además lo recomienda el feng shui. La madera suave, o sea las plantas, equilibran la energía en la zona de agua, como el baño, y restablecen el flujo de energía entre el metal y el fuego, como en la cocina.
-GLUP!
 
 
 
 
 
-Y si no tenés lugar o una planta importante, varias compensan, Coqui.
-O.k, algunas plantas son muy pertinentes, como aquí abajo. ¿No te parece?
 
 
 
 
 -Siempre que las riegues. Coqui. Sin plantas esto sería bastante frío y esa pared estaría vacía junto a la ventana...
-Yes.
 
 
 
 
-De Alberto Pinto, el más famoso decorador brasileño. Aquí las plantas delimitan, dividen; y están cerca de la ventana, no sólo porque necesitan la luz, sino porque atraen el exterior hacia el interior. Hay otra chiquita allá, en aquel rincón que de tan desnudo se haría imposible de ocupar si no fuera por esas plantitas.
-Divino, Clarisa.
 
 

 
-Los cactus son esculturas vivientes, Coqui
-Entonces son utilísimos para espacios que requieren una forma escultural, como los minimalistas.
-¡Y dale! El minimalismo esta pasando de moda.
 
 
 
 
 
 
 
 
-En mi casa las plantas estan de moda Coqui.
-Los cactus son ideales para ambientes despojados. 
-Dije plantas, plantas. Cactus usó al principio William Gaylord y luego los desestimó por pinchudos. Si hay que usar crasas, me quedo con pequeños jardines que crecen en los rincones más impensados, Coqui, los jardines de los amantes de la naturaleza. Los que Umberto Pastis llama verdaderos.Me conformo con eso.
-Bien Clarisa. Yo no podría. Juro que morirían todos mis especímenes. Por suerte tengo una amiga como vos. ¿Vas a hacer mi jardín interior, Clarisa?
-Sí. Minimalista. Tendrá una sóla planta.
-Una no suele quedar bien.
-¡Ah! ¿Te convencí? El lugar para una sóla planta suele ser una esquina, Coqui. Con una maceta que acompañe el estilo de la habitación. ¡Ni pienses poner una maceta que no coordine! ¡Sería el colmo de la improvisación! Una a prueba. Si sobrevive agrego otra y así.
-¿Me ponés a prueba, eh?
-No puedo ver sufrir a la flora del planeta.
-¡Listo! La próxima te pongo un sólo sillón, Clarisa.
 
 
 
 
 
 
  
 
 

 
 
 -¿Ves? En el rincón no se nota la asimetría.
-¿Y porqué una planta sola?
-Porque para muestra basta un botón, Coqui. Si la planta te sobrevive, será un milagro de difícil reproducción
-¡Mala! hasta aquí llegamos. Chauuuuuuuuuuuuuuuu!
 
 
 

lunes, 4 de mayo de 2015

"All white" secrets (Syrie dixit)




-¿Estas en tu sano juicio, Clarisa? ¿Cómo vas a decir que el color blanco es helado, vacío, insulso y sin alma? ¡No te lo permito! ¡Los grandes decoradores se han rendido a él!
-¿Siiiií? ¡Mirá vos! Si fuera tan bonito tendríamos nuestras casas pintadas a la cal y ya, pero no....¿será que nos gusta complicarnos?



Mirá esto: arriba, presuntuoso y desangelado; abajo minimalista, tonto y ¡horrible! Aunque tiene un almohadón, una manta, un cuadrito con un corazón...e igual son ambientes más congelantes que un fiordo en el Mar del Norte.




-¡No seas así! Es cierto que hay estilos que se prestan especialmente al blanco y otros que le esquivan. El minimalismo hoy está entre los top y consume blanco a full. Lo mismo el shabby chic. No obstante, debo reconocer, Clarisa, que un "all white" logrado merece genio. Estos no son el caso.
-Tengo una amiga fanática del blanco. Todas sus casas siempre eran tan inexpresivas y desnudas.... en fin Coqui: las habitaciones muy blancas, por menos minimalistas que sean, son difíciles de habitar.
 ¿Te das cuenta?



-¡Reniego! Charles Mackintosh, el primer decorador modernista, lo usó a rabiar. Pero la reina fue Syrie Maugham, la esposa de Sommerset, el famoso escritor. Ella le dió todo el glamour que requería el all white para hacerse desear.
-¿Y? Ni sus cultores famosos harán que me guste el blanco total.



Syrie Maugham, interior de 1936

-Syrie inventó el all white, lo convirtió en el color de las divas... ¡mirá! Es radiante, tiene luz
-¡Como una diva con sus brillos!
-Tú lo has dicho. Alfombra con textura chevron, sillones de terciopelo, paredes espejadas, kilómetros de pliegues de seda en cortinados, maderas impresas con lacas níveas, con craquelados... todos los blancos y sus sombras puestos en valor. 


Syrie Maugham, la reina del "all white"


-¡Un parque de diversiones para la mascota del hogar!
-¡Por favor Clarisa! En 1927 la gran Syrie rompió con la oscuridad, la pequeñez y la cerrazón victorianas con este salón:




Muchos creen que el blanco es más fácil porque va bien con todo. ¡Error! Como color es muy atrevido: ¡por más pequeña que sea su presencia se ve! Pero Syrie explotó su gran virtud: amplía, es elegante, vibrante y sobrio a la vez.
El minimalismo y esa necesidad de agrandar y "enfriar" los ambientes lo devolvió a la moda. También el shabby chic, un vintage soft que supone que la blancura por sí misma unifica cualquier cosa con otra. Nadie nota las trampas de la blancura.
-¿Trampas?
-El blanco uniforme repele el ojo, es aburridísimo, lo aplana todo. Con tal de conseguir una sombra más, Syrie intervino muros, materiales del mobiliario... todavía se fabrica un sillón que ella tapizó en seda, cuyos capitoneé y faldón a tablas le daban calidez y confort a su sólido blanco:

Sillón de Syrie Maugham


-Entonces se puso glamoroso en los años 30-40... ¿no Coqui?
-Sí. Luego triunfaron los tonos pasteles y las flores, hasta que en los ´70s, love love love, el blanco aparece como símbolo de paz ¡y vuelve a ponerse de moda! pero en clave pop.




-¡John y Yoko!
-Se casaron vestidos de blanco."Hagan el amor, no la guerra" era el slogan. El blanco fue el color de la paz y la armonía en esos años de guerras aquí y allá...
-Y John y Yoko eran pacifistas.
-Sí. Pero volvamos a los ´70s. Con la imaginación al poder todo era intervenido, pintado, revestido, tapizado,  "mejorado", jamás madera o piedra a la vista salvo en algunos interiores rústicos.
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh!
-¡Mirá lo que fue capaz de hacer con el blanco este tipooooo!




-Wooooooow! Muy poético.
-¿Viste, vos que decías que el blanco no tiene alma?
-Bueno, esto es especial.






   





 -Como ves, el blanco total, las plantas exóticas como los cactus y orquídeas y el toque etno son ítems de moda. Sin embargo NO es minimalismo. Es una composición con formas muy orgánicas y nada racionalista. No hay un sólo ángulo recto, no hay superficies pulidas, no hay escasez, no hay bordes filosos...
- ¡Me encantan esas paredes Coqui! ¿Tienen las mismas cortinas que las ventanas? 




Estas cinco fotografías para Architectural Design (1972), convirtieron a Billy Gaylord en una estrella. 


-No sé. La mesa baja de lajas superpuestas y pintadas es increíble, igual que en la oficina- comedor las sillas ceremoniales chinas, mucho más cómodas de lo que parecen, según Gaylord... Los dos tronos afro del s.18, esa sillita antigua y pintada de blanco en el dormitorio, los pliegues y suavidad de las telas...él gustaba de los muebles atemporales y que no respondieran a un estilo tanto como tratar la decoración en forma arquitectónica, no como un decorado.
-Todas esas diferentes formas y texturas le dan interés...
-¡Y no pasan de moda! El all white es ecléctico, pero su brillo puro enceguece, muestra los límites, opaca los objetos y arruina todo, sobre todo si la habitación es muy pequeña. Pero es fantástico para habitaciones no muy luminosas. Acá Gaylord tamizó la luz en todas las habitaciones...
-Muy logrado.
-¿Ahora sos una adepta? En un estilo étnico el blanco funciona como fondo neutro y relajado. Mirá bien esta casa de Kara Mann:














-Aquí la gracia, como en el ultra moderno depto de Gaylord, es de los materiales rústicos y las formas caprichosas.
-Sip. ¡Pero qué diferencia con el depto de Gaylord!
 -Los interiores rústicos con madera, piedra o cerámicas, esta vez al natural, se benefician con el all white. Conviene un piso no blanco para "anclar": si todo es del mismo color los muebles parecen flotar. El total white, para lucirse, necesita variaciones. La madera y otros materiales son una variación, y el blanco "roto" es la variante obligada . Esos dorados, el espejo, plantas...
-¿Ese espejo corta el blanco sin agregar color, no Coqui?




-Exacto. Este espejo cortado en rombos anula el "efecto laboratorio" de las cocinas enteramente blancas. Tiene glamour con esos botones plateados en las juntas.
-Es como el capitoneé de Syrie maugham, pero en la pared.
-Cierto, esos cortes le dan volumen al plano. Y hay plateado en los grifos, las perillas...Tono sobre tono es un all white en blancos amarilleados. Está la transparencia de las copas.... fantástico. Pero sigamos con el estilo rústico y el blanco total. Tengo estas fotografías de mi gran maestro Hicks donde no hay un solo espejo, Clarisa. Te las quiero mostrar:

Entre las ventanas, un cuadro monocromo formado por paneles dentro de una caja: ídolo

David Hicks elige un arreglo floral de  espigas,
para mantenerse en la línea cromática del "all white": genio

Texturas y sombras sin romper la superficie lisa de la pared: master

-¡Qué gran papel de las sombras en el blanco total! Alfombra texturada, capitoneé, matelaseé, y otras formas sólo conseguidas con sombras. Ahora es obvio porqué el all white para habitaciones muy luminosas no va.
-Ah, pícara! Vas descubriendo sus secretos.
-Todo se puede aprender, Coqui. Repasemos:
-Si tenés las paredes blancas, los zócalos y puertas deben ser de otro blanco. Siempre blancos "rotos" para el "mismo lado". O todos azulados, o todos amarillentos. Hay que mezclar por lo menos tres de la misma "familia", de lo contrario parecerá que te equivocaste al elegir el material.
-¿Y qué de los acabados?
-Fun-da-men-ta-les. Con ellos, mientras blanqueás la habitación vas dando el toque a una caja que jamás debe parecer pelada o demasiado radiante. En esta pared hay fondo y molduras: dos blancos.
-¡Muy bien! Las molduras así resaltan sin ser un cachivache.


-Lo mismo acá, mismo tono dos acabados: brillante y mate.
-¡Voilá!




-El ladrillo pintado es otro gran recurso estilístico para una pared blanca, Clarisa.
-D´acord. ¡Pero acá se confió al blanco una mezcla imposible: ventanales minimalistas con detalles románticos!



-¿Te volviste fina, Clari?
-¿Yo? Noooooooo. Pero tu amistad me hace más versada en las artes decorativas y noto que su terminología proviene de otros planetas.
-Ejem... ¡de otros países dirás! A no ser que te parezca tan extraño todo que sientas que soy una extraterrestre.
-Extraterrestre o no,muchas veces no te entiendo. Cuando no sé porque no sé, y cuando intervengo en el sentido correcto...
-Mirá acá: se las arreglaron para añadir molduras sin tocar la pared.





-¡Con paintures!
-¡Ay, no presumas! Fijate estas texturas



-Los frunces se ven sombreados, para eso estan. Y si agregamos que son de encajes, tules, organzas...






- Acá tenés lana tejida, seda labrada, bordado...
-¡Cést magnifique, Coqui!
-¿Qué? ¿Seguís con el ataque de poliglotismo frívolo?
-¡Quiero sorprenderte con alguna delikatessen! 
- Alemán no Clarisa, por favor. 
-¡Iaaaaaa! Sos una aguafiestas. Pensé que los idiomas estaban topísimos para el all white. 
-¡Sos un elefante en un bazar!
-Y yo que había conseguido esto para impresionarte. También de la década de los 70s, que me encanta. Pero ahora no te aclaro nada. No te lo muestro. Seguí creyendo que la que sabe siempre sos vos. Au revoire. 




 Ahora que Coqui no está les cuento: esta habitación es genial, lo tiene todo. Materiales naturales, transparentes, un espejo trabajado como un cuadro, alfombra con pelos larguísimos, luz tamizada, plantas, tooodo. Que no me venga Coqui con que no aprendo y soy un elefante. Ella es aguafiestas y yo la aguanto igual. Et voilá.