-Hola ¿Coqui? ¡Qué alivio, estás!
-¿Me necesitabas?
-¡Necesito ideas! luz para mis difíciles, pequeñas y mal ubicadas ventanas. Porfi!
Sí, no sonrían con malicia. Otra vez tuve que acudir a mi amiga aguafiestas, que ahora me contiene:
- "Don´t worry, las ventanas no nacen, se hacen".
¿A Coqui le gusta el misterio?
-No me mires con esa cara, Clarisa. ¡Se hacen con cortinas! como un vestido al cuerpo.
-Ah! sí sí, claaaaaaro! Mis ventanas SON, ¡no se hacen! Jamás pensé que como "interior-designer" -a ella le gusta que la llame así- me darías una solución "alta costura".
-Haute couture, querida. La decoración disimula, corrige o mejora lo que el constructor NI imagina. Es más: ¡hay cortinas que no son tales sino tiras de tela bien distribuida!
¿Cortinas que no se deslizan o no tienen su ventana? Me muerdo la lengua. Pienso, luego dejo de existir -para no morir o matarla-, y ensayo una diplomacia mínima:
-Hummmm... "Por más que la mona se vista de seda..."
-¡Vestida de seda es mucho más mona, Clarisa! ¡Una mona puede hacer monerías para verse más monona... pero las ventanas no! Aunque tienen dueño. Las ventanas son como sus ojos: el palpitante espejo del alma del dueño de casa. Hay que embellecerlas, hacerlas sugestivas, elegantes, seductoras... ¡Metros de tela bien elegida pueden con la arquitectura de una casa!
-¡Como cuando te pintas las persianas!, digo: las pestañas.
-Vamos de nuevo: las ventanas son los ojos de la casa. ¿sí? Las cortinas podrían ser sus párpados. Los párpados enmarcan los ojos, o sea el alma, el espíritu del hogar. ¿Ok? Los ojos se protegen igual con las cortinas cuando querés que se vea o que no entre alguien... al alma.... y se siente un hogar, o no... Si el alma esta cerrada ... ¿vas tomando nota?
-¿?
-¿Y tu sentido del humor, Clarisa?
-Ja jajjjaaaa Fuí yo. ¡Vos no tenés respeto de las cosas y abusás de las trasposiciones, Coqui! ¿Pensás que las cortinas son para jugar y hacer magia? Bueno: acá tenés.
-¡Ahaaaaaaaá!
Salón de estar, Jacques Grange |
-Woooooooooooow!
-Haute Couture, querida. Jacques Grange. Puso tres cortinas distintas en un ambiente muy simétrico. Porque además, la importancia de sus dos ventanas enfrentadas lo obligó a crear un punto focal central.
-¡Justo en la ventana más chica!
-Sí. Grange invirtió esa desventaja vistiendo de terciopelo marrón ambos lados de unas columnas salomónicas que la enmarcan, y además le puso una vistosa cortina romana. A la ventana de la izquierda le puso otra cortina romana igual a la anterior, pero con una ancha cenefa marrón. Mientras que la ventana de la derecha tiene una barra horizontal a media altura de la que caen verticales los pliegues de organza. ¿Ves cómo controla a la izquierda la luz que viene de arriba y a la derecha tapa la iluminación que viene de frente?
-¡Un capo! O sea que los cortinados dan estilo y aunque representan un ítem muy caro en la decoración, vale la pena invertir, ¿no?
-Por supuesto. Los grandes decoradores lo saben a la letra y usan todos los recursos para eso. Aunque la forma de la ventana y la ornamentación de la sala determinan las cortinas. Mirá cuanto tenés para vestir una ventana:
-¡Uy, me mareo! ¡Cuantos metros!
-Y... si querés que quede bien fruncida, tenes que usar entre 2,5 y 3 metros de tela por metro de ancho en la ventana.
¿Esta solución es similar a la de Grange, no Coqui?
-Sí! Las cortinas de enrollar "producen" las ventanas de los costados. Y acá tenés a otro grande: Miles Redd.
-Un poco chinas me parecen
-Quizás. Pero sin esas cenefas esta habitación sería de lo más común.
Otro monstruo de la deco: Anthony Hail. Bajó los visillos de esta ventana desde el techo como si fueran una continuación de las paredes. Este escritorio está en lo que pudo haber sido un balcón por ejemplo, o un posterior agregado en la construcción.
-No se nota.
-Siguió con el empapelado de la habitación. Buscó tela y empapelado iguales para dar continuidad. El biombo desaparece, entelado con el mismo motivo. Quizás haya detrás algo que debía sí o sí tapar.
-¡Ya veo! Este hubiera sido un dormitorio casi al aire libre si no fuera por las visillos y las cortinas!
-Exacto. Combinar cortinas tupidas con visillos muy ligeros es perfecto para conseguir dormitorios serenos y con intimidad. Si querés luz por la mañana descorrés las cortinas tupidas y ¡ya está!
-Ahá. ¿Entonces con mucha luz natural, es mejor elegir cortinas dobles o con visillos, tejidos tupidos o sobrecortinas?
-¡Obvio! No sólo en dormitorios. El asunto es encontrar la funcionalidad que queremos darle a cada ventana y a partir de ahí decidir qué cortinas usar. Y por supuesto, no cometer errores al colocarlas. En ventanas con doble cortina, cortinajes forrados con muletón o combinaciones de caída y visillo, las abrazaderas (tiras, cordones o broches que sujetan la cortina) recogen la tela y crean efecto.
De ordinario en salas y dormitorios las cortinas deben llegar hasta el suelo, son más elegantes, si arrastran lo son aún más.
-¿Vos dijiste que tenés ventanas chicas, no?
-Yes
-O.k. En ese caso: toda cortina se cuelga a una altura lo más cercana al techo que se puede.
-Pero queda descubierta la pared entre el techo y la parte superior de la ventana que...
-¡Chito!
-Ahá. Como en el dibujo
-Sí. También te muestra que las cortinas DEBEN llegar al suelo o pasarlo un poco. Jamais más arriba.
-¿Yamé?
-Jamais, Clarisa.
-¿Y cuando lisas, cuando estampadas?
-Los estampados animan grandes estancias, si el dibujo guarda proporción con el espacio (el estampado debe apreciarse bien). Las cortinas lisas son ideales para estancias pequeñas porque no turban la vista. También pueden combinarse los motivos, como acá:
-¡Qué coquetería, Coqui!
-¿Ves cómo ese espacio entre la ventana y el techo aquí se aprovecha para dar todos esos toques "haute couture" de que te hablé? Los flecos finales de la cenefa son un detalle exquisito y producen otra franja horizontal que ayuda a achicar ese espacio. Luego esta el visillo, sus pliegues...
-¡Fantástico!
-Y esas elegantísimas cortinas tableadas que no tienen igual.
-Y la luz de la ventana aparece mucho más abajo de la puerta.
-Así es. Podría ser una venttana muy chica. Porque los lados de la cortina pueden estar bien al borde dejando todo el ancho de la ventana libre.
-¡Y desapareció la ventana chica! Lástima que es demasiado cara para aplicarla en toda la casa.
-Bueno, ya ahorrarás en otras partes de la casa. Podés lucirte igual sin gastar tanto. Los alzapaños, abrasaderas y cordones levantan el estilo con borlas, pasamanería, flecos o algún colgante de cuentas. Para correr cortinas colgadas de anillas, optá por vistosos arrastres de metal o madera.
Porque en ventanas de cocina, baños, zonas de servicios, zonas rústicas, ventanas pequeñas, cuartos infantiles y algunos casos especiales, las cortinas deben ser del tamaño de la ventana, tipo visillo. Son mucho más baratass y la solución donde falta luz, confeccionadas con vaporosas muselinas, voiles, organzas…mejor de color blanco, que expande la claridad; en tonos amarillos, crea efecto de luz solar.Tenés muchos recursos para vestir estas ventanas:
-¡Uff! ¡Cuanta cosa!
-Pero útil. Vas a ver:
-¡Qué antigüedad!
-Cierto. Aunque es de los años 40-50 tiene su encanto. Y ¿ves cómo todos esos recursos de que te hablé se adaptan a esta difícil ventana guillotina, muy muy ancha, sobre una mesa que no permite grandes cortinas? Acá un composeé de organza lisa en las cortinas recogidas y sus volados, mientras que hay organza estampada en los alzapaños y en los visillos. ¡Por otra parte, la cornisa superior con volutas, obliga a un arreglo romántico!
-No está mal. ¿Pero no es demasiado?
-Para nada. Las cortinas recogidas interrumpen el larquísimo visillo y recuerdan la altura que tiene la ventana. Y además los alzapaños permiten hacer cosas como esta:
-¡Qué diferencia variando la altura, Coqui!
-Ahá. Unas lindas cortinas también son cuestión de ojo y creatividad.
-¡Muy coqueta y no tan práctica, Coqui!
-Quizás. Pero ves de qué se trata, ¿no? Cualquier hipermercado vende esas cortinas enrollables que podés adaptar perfectamente. Lo que quiero mostrarte son soluciones más personalizadas o para espacios más difíciles. Esta es una pequeña ventana de dos hojas. Así que estos primorosos visillos bordados y sostenidos por una varilla horizontal no obstruyen para nada su apertura.
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh!
- Lo mismo acá, pero una de las hojas no se abre por el mueble que se le apoya. Entonces: un visillo sube con una cinta que lo frunce, y el otro se aparta con una abrasadera. ¿Qué tal?
-¿Es lo que vos llamabas funcionalidad? ¡Genial! A ver Coqui, si aprendí la lección?
Repasemos: