Acabo de mudarme. Hace 5 meses me fui de mi antiguo, hermoso y céntrico departamento art-deco a una vetusta casa suburbana estilo inglés. ¡Sí, un giro de 180 grados! ¡Y cuánto trabajo!
Estaba harta del ruido y el trajín de la ciudad, el depto nos quedaba un poco chico y además hacía 25 años vivíamos allí, un record para estos tiempos siempre breves: necesitabamos un cambio.
Buscamos una pequeña casita en los alrededores de Buenos Aires, a orillas del río, en uno de esos barrios donde todo el mundo parece vivir de vacaciones.
¡Y aquí estoy! aunque no de vacaciones. ¡Tantas son las cosas que tengo por hacer. Tantas las cosas por pensar cómo hacer!
Es el turno de la pintura. Gran tema. Pero mi amiga aguafiestas, buena persona y con un gusto exquisito, aunque siempre negativa, lo domina.
¡NO te entusiasmes con un color! -aulló.
-¿Qué me estas diciendo?
- Que el color de la pintura es el más fácil ( y económico) de adaptar a todo lo que ya tenés: pensá en el color de tus alfombras, muebles, revestimientos....¡pisos!
- ¡Qué difícil! -suspiré.
-No tanto. (Ahí le salió la buena persona) Empecemos por los pisos: ¿de qué color son?
- Los míos -musité apenas- son de madera: ¿qué dificultad pueden tener?
-¿De madera clara, mediana u obscura? dijo mi amiga con tonito superior.
- Son de pinotea -respondí humildemente.
-¡Ah! Madera rubia. ¿tendiendo a amarillo o rosado?
- Y... y... ¡me parece que a naranja!
-¡Son pisos canela! se alegró de agregar una palabra a mi léxico estético y tomando su colección de revistas pasó a disertar:
"Con maderas claras los tonos pasteles iluminan, suavizan, aclaran. Pero si querés que queden muy bien hacé que contengan algo de azul ¡jamás cálidos como el rosado o naranja, querida! "
-Psé, ajá.
-Mmmmmmm.... alcancé a decir, y como adivinándome el pensamiento aceleró:
-¡Bueno, esa es mi intención! ¡Que tu casa sea la de una experta!
Siempre tiene un pero, pero en este caso me esta dando "una flor de manito", o sea una ayuda muy grande. Y continúa impertérrita haciendo gala de su sapiencia:
"- Con maderas medianas jamás uses naranja o rojo -saturan con demasiada calidez-.
Muda, trato de digerir tooooooooda la info.
Y mi amiga sigue: "Los tonos de verde o azul refrescan, ¡ y los grises claros con matices verdes o azules con un piso de madera mediana son geniales!
Ahora, si querés un efecto ¡woooooow!, usá chocolates y marrones oscuros. Al piso le sacarán sus virtudes ocultas. Eso sí: con un piso defectuoso NO los uses, NO y NO!"
- ¿Y quien pensó en usarlos? Yo NO. Respondo como una alumna modelo.
Ahora -me aclara-, con maderas oscuras los verdes menta y salvia son ideales, y el gris funciona como un neutro glorioso.
Confieso que nunca pondría tantos colores oscuros en casa, salvo que tenga ventanas y luz por todos lados... ¡entonces sí!
Ajá. ¡Qué astuto! Pienso que el hombre maneja los colores a su antojo, pone este aquí y el otro allá sin hacerse demasiado problema...
-"La lección terminó", dice ahora
- Justo que comenzaba a interpretar e interesarme -chillo- en el círculo cromático, los contrastes, armonías y complementarios, y todas esas pocas reglas que vale respetar tanto cuando te vestís como cuando pintás una casa: ¡jamás se me hubiera ocurrido vestirme de blanco con mi piel ultratransparente! Y lanzo esa frase como un gran final.
-"¡Mentirosa! te vi, vi tu camisa de níveas puntillas sobre tu silla, preciosa, pero NO deberías permitirtela ni para recibir una medalla en un acto académico."
Mordí mi lengua otra vez porque... ¡Es una aguafiestas! ¡Y para peor tiene razón!
Estaba harta del ruido y el trajín de la ciudad, el depto nos quedaba un poco chico y además hacía 25 años vivíamos allí, un record para estos tiempos siempre breves: necesitabamos un cambio.
Buscamos una pequeña casita en los alrededores de Buenos Aires, a orillas del río, en uno de esos barrios donde todo el mundo parece vivir de vacaciones.
¡Y aquí estoy! aunque no de vacaciones. ¡Tantas son las cosas que tengo por hacer. Tantas las cosas por pensar cómo hacer!
Es el turno de la pintura. Gran tema. Pero mi amiga aguafiestas, buena persona y con un gusto exquisito, aunque siempre negativa, lo domina.
¡NO te entusiasmes con un color! -aulló.
-¿Qué me estas diciendo?
- Que el color de la pintura es el más fácil ( y económico) de adaptar a todo lo que ya tenés: pensá en el color de tus alfombras, muebles, revestimientos....¡pisos!
- ¡Qué difícil! -suspiré.
-No tanto. (Ahí le salió la buena persona) Empecemos por los pisos: ¿de qué color son?
- Los míos -musité apenas- son de madera: ¿qué dificultad pueden tener?
-¿De madera clara, mediana u obscura? dijo mi amiga con tonito superior.
madera clara |
madera mediana |
madera oscura (obscura, según mi amiga aguafiestas) |
-¡Ah! Madera rubia. ¿tendiendo a amarillo o rosado?
- Y... y... ¡me parece que a naranja!
-¡Son pisos canela! se alegró de agregar una palabra a mi léxico estético y tomando su colección de revistas pasó a disertar:
"Con maderas claras los tonos pasteles iluminan, suavizan, aclaran. Pero si querés que queden muy bien hacé que contengan algo de azul ¡jamás cálidos como el rosado o naranja, querida! "
-Psé, ajá.
Los pisos claros van muy bien con los tonos pasteles, sobre todo celeste. Pero aquí -¡siempre tiene un pero!- ves un rosado que con bastante blanco se aliviana y suaviza mucho. |
Madera clara y blanco, un clásico aceptadísimo. ¿Pero no vas a pintar de blanco, que es tan obvio habiendo tantos colores, no? Es mil veces preferible el marfil. Mirá esto: |
-¡Bueno, esa es mi intención! ¡Que tu casa sea la de una experta!
-¡Me dejás muda! Sólo que...
Siempre tiene un pero, pero en este caso me esta dando "una flor de manito", o sea una ayuda muy grande. Y continúa impertérrita haciendo gala de su sapiencia:
"- Con maderas medianas jamás uses naranja o rojo -saturan con demasiada calidez-.
¿Querés estímulo con pisos medianos? ¡Mejor que el rojo NO hay! |
¡Pintar las paredes con colores cálidos vuelve vibrante la habitación, mientras que como ves, el azul la refresca! Aquí tenés piso de madera mediana con marcos azul petróleo ( o sea: con un levísimo toque de verde) y empapelado turquesa, que no deja de ser un celeste verdoso. Cuanto más rojizo es el piso, más verde admite el azul porque compensa el rojo y otorga equilibrio. Cuanto más amarillo sea el piso, más blanco podés mezcar en el azul!" |
Madera mediana, un gris claro que funciona muy bien como neutro, y unos toques de rojo sobre fondo negro: los almohadones que agregan la chispa que requiere el lugar. |
Charlotte Moss. |
Ahora, si querés un efecto ¡woooooow!, usá chocolates y marrones oscuros. Al piso le sacarán sus virtudes ocultas. Eso sí: con un piso defectuoso NO los uses, NO y NO!"
- ¿Y quien pensó en usarlos? Yo NO. Respondo como una alumna modelo.
"Nicky Haslan, con enormes molduras blancas que me traen remisniscencias de Dorothy Drapper, pone audacia y saca luz a la madera usando marrón chocolate. ¿No te parece maravilloso? ¡Claro que la madera esta impecable! |
En cambio los colores otoñales se ven magníficos con el piso mediano, verde, ocre, borgoña o cobre... El color del piso tiene la suficiente profundidad como para resaltar con esos tonos. Pero si tu piso es muy hermoso cuidado con los colores demasiado brillantes: capturan el ojo que nunca llega a ver el suelo! |
Ahora -me aclara-, con maderas oscuras los verdes menta y salvia son ideales, y el gris funciona como un neutro glorioso.
Otra vez el espejo, sirve como un blanco, para "enfriar" y aclarar la madera oscura. El gris claro de las sillas resulta muy elegante con el piso oscuro. Y las flores dan brillo y vivacidad al ambiente, que se vería demasiado sobrio sin ellas. |
El rojo reaviva este ambiente austero, su dosis es moderadísima, medida, ideal |
Los azules y verdes con madera oscura quedan bastante austeros, pero NO está mal, ¿no es cierto?" |
"¡Bien pensado! Vas aprendiendo, amiga. Esta pared gris clara, con los dorados, los amarillos y plateados, el blanco, iluminan el piso, esa plana obs-curidad. |
Un piso muy oscuro no apaga el ambiente si los colores irradian luz, como en esta sala de Albert Hadley |
Y más: cuando toda la ambientación es en colores muy claros, si el piso también lo fuera, todo parecería flotar en un espacio ingrávido. Albert Hadley lo sabe y por eso "ancla" los muebles sobre un piso pintado de negro, le da realidad." |
"El genial Albert Hadley pintó el piso con un impactante motivo "Chevron" que alterna madera blanca, clara y oscura, otorgando caracter a esta sala marfil y absolutamente standar. Los almohadones con rayas de distinto grosor acompañan muy bien ¡y listo! ¡es todo lo que hay! ¡Pero qué diferencia logra! |
- Sí -digo-, tanto que:
Al modo de Hadley, Miles Redd pintó este piso con el motivo "Crevron", que esta volviendo y de minimalista NO tiene nada. Pero con un piso que ya no vale una lágrima ¡adelante! Y si te gusta, ¡adelante! Complejiza la deco, aunque el empapelado aquí ya está bastante cargado.. Aunque pensandolo bien: quizás hubiera perdido el equilibrio con un piso muy liso. Por otro lado... ¡ahorras en alfombras, que NO es poco! |
- Justo que comenzaba a interpretar e interesarme -chillo- en el círculo cromático, los contrastes, armonías y complementarios, y todas esas pocas reglas que vale respetar tanto cuando te vestís como cuando pintás una casa: ¡jamás se me hubiera ocurrido vestirme de blanco con mi piel ultratransparente! Y lanzo esa frase como un gran final.
-"¡Mentirosa! te vi, vi tu camisa de níveas puntillas sobre tu silla, preciosa, pero NO deberías permitirtela ni para recibir una medalla en un acto académico."
Mordí mi lengua otra vez porque... ¡Es una aguafiestas! ¡Y para peor tiene razón!