Fucsia es el color de los tejidos latinoamericanos. El tinte se obtiene de un insecto autóctono de América Latina, y del naranja al marrón vira a múltiples tonalidades de rojo pasando por un exclusivo rosado intenso. Colón lo llevó a Europa como prueba de la otredad de este continente. Fucsia fue el color con el que Frida Kahlo shockeó a Elsa Schiaparelli. Fucsia es identidad 100%. PIENSA EN FUCSIA

lunes, 21 de noviembre de 2016

Cocinas integradas... juntas, sí: ¡no mezcladas!






-¡Claaaaaari! ¡Tengo un problema!
-¿Qué te pasa? Tu pedido de auxilio es escalofriante!!!!
-Tiré abajo la pared que separa la cocina del living, y no sé cómo hacer para que todo quede armonioso. ¡Siguen siendo dos habitaciones!
-¡Ah, sí! ¡Es un problema! Y qué problema...





-¿Por? Yo estaba contenta, todo se iba a ver más grande, pero ahora me parece desprolijo.
-No llores más Coqui. Si te metiste en el baile ahora hay que bailar.
-¿?
-Y bailar significa dar los pasos necesarios para no parecer ni caída ni perdida en el espacio.
-¡Ahora sabés de danza!
-Bueno... algo.
-¿Por ejemplo?




-No peleemos, Coqui. Tenés un problema: vayamos a los tips.
-O.K. A ver... a ver... ¡encontré!: "podés separar la cocina del living con una barra o una ventana pasaplatos..."
-¡Qué novedad!
-A veces es muy eficaz.







"Otra opción es una división virtual con una barra tipo bar a 90 cm. de altura para que no se vea la mesada"...



-Pero esa no es una división "virtual", Coqui: es, lisa y llanamente, una división. ¡Por más que como dice aquí uses "el mismo piso"! Aquí la cocina es lo primero que salta a la vista.






-Sí. Y el comedor diario con todo ese espacio de almacenaje no deja de ser un hueco más de la cocina. Yo quiero una cocina integrada y le puse "el mismo piso que al comedor y fácil de limpiar", como recomiendan. Beige, opaco, para más datos, el más disimulado en cuanto a manchas y polvo que existe.
-Very well! La alfombra para crear dos sectores, como ves, no sirve. Porque la cocina integrada funciona muy bien cuanto menos la ves o  sea.... como la palabra lo dice... Coqui,  "Integrada": "formando parte"
-¿Del living?






-¿Por qué esos ojos de terror? Formando parte del dormitorio no me parece funcional.
-¡Podría ser del comedor!
-Quien tiene un comedor aparte en su casa tiene mucho espacio, y posiblemente una buena cocina. ¡Se supone que es del livng-comedor, Coqui!






-¿Si? Qué lío. Living-comedor y cocina, todo en uno...
-Es práctico, ahorra  mucho espacio y puede integrarse muy bien, como ves. Otro tip: "no colocar azulejos". Mirá esta cocina de Lázaro Rosa Violan:
-¡Un biombo tipo Coromandel en la pared de fondo! ¡Qué belleza!






-¿Y qué recurso original, no?






- A juzgar por lo que veo, el hombre tiene múltiples recursos, Clari. Es una cocina deslumbrante, osada, y acogedora ¡Evidentemente los azulejos son muy de cocina! Pero... ¿y la limpieza?
- habrás de sacrificarte y tomar el trabajo que te lleve, Coqui. Porque "Es mejor continuar con el mismo color del living o con algún revestimiento más lavable en el  mismo color que el living"... "Evitá las manijas de los armarios"



-¡Claro! Con ellas el living se vuelve "muy cocina". Pero...¿y el guardado?
-¡En qué baile te metiste Coqui!
-¿Lo vamos a resolver, no?






-Eso espero. Me parece que pongas los revestimientos, pisos y mesada que pongas, "lo fundamental es mantener despejado visualmente el espacio", igualando y ordenando, escondiendo... ¡De lo contrario tu inversión para integrar la cocina habrá sido en vano!







-"La mesada tampoco puede ser "de cocina". El silestone es ideal, pero muy caro.
-¡Ah! Acá dice que sino el mármol negro se integra muy bien con la madera de los muebles.
-¿Será?
-"Es necesario minimizar la vista de objetos sueltos, los adornos innecesarios y la acumulación", aunque esta cocina de arriba me encanta.
-Sigue siendo sólo una cocina, ¿estamos de acuerdo, Clarisa?
-Podría ser el buen living de un chef.
-Psé.







¡El orden en una cocina es casi una misión imposible! Pero cierto: los objetos a la vista la hacen "muy cocina".





-¡Claaaro Coqui, así queda una pinturita!
-"La encimera más alta ayuda a ocultar, y mantener el orden es fundamental"
-¡Entonces una isla de trabajo, que me gustaría mucho, es contraproducente!






- Y... "Para evitar la contaminación con olores, Coqui, una campana potente es fundamental"
-Ufff...¿qué más, Clari?
-"Los muebles deben armonizar en estilo y colores con el living".
-¡Esto esta muy cool! Y parece fácil de lograr porque es bien minimalista:






-¡Una cocina así es especial para festejos y eventos con amigos!
-¡Por fin una buena, Clarisa! Era mi intención. Avanti entonces con los problemas a superar. Ya estoy decidida.
-Bien: en general, además de la barra o isla, estas cocinas se abren a un comedor, del que puede separarse con alguna barrera corrediza




-¡Despampanante!
-Sabía que te iba a gustar.  "Entonces hay tres zonas delimitadas: atrás, una pared-placard donde guardes casi todo, incluyendo electrodomésticos pequeños, horno y heladera".
-¡La heladera también?!?!?!?
-Y... no es lindo verla desde el living,, Coqui. Luego viene " un plano de trabajo que puede ser una mesada o barra en forma de isla, y luego la mesa y sillas o "comedor".




-Ya estamos en una cocina bastante grande, Clari.
-Que podría tener variantes, como sillones y mesa baja, por ejemplo si es pequeña y no da para una comedor diario.
-¡Muy buena idea! Ya estaríamos en el living, no? Como en esta cocina integrada de nuestras diseñadoras Heidi y Laila Goldfeder:





-Sí, Coqui, invita a la charla, a compartir y a una laaaaaaaaarga sobremesas.
-Y si queres comer en una mesa, usas la isla.
-Mucho más difícil me parece decorar esas cocinas que quedan abiertas a un recibidor. Sobre todo por las contras que tiene una cocina integrada: falta de privacidad, ruidos molestos y olores invasivos... ¡son lo peor para un recibidor!







-Fabio Galeazzo lo resolvió muy bien, ¡pero es difícil!
-Ya veo, Clari. En ese caso ponés una barra de bar, un super extractor muy silencioso y un cerramiento móvil, podría ser una cortina de enrollar tipo oficina que de paso a la luz pero no tenga un resquicio abierto a la visibilidad ni al aire.
-No queda otra. Porque si una cocina esta en un rincón olvidado y muy pequeño, o tu departamento es "mini", vale la pena abrirla e integrarla pese a todas sus contras. Porque bien dispuestas, son muy bonitas y cálidas, y al quitar paredes...
-Sí, si, claro, agrandas funcionalmente el espacio...






-Me encanta esta cocina de los ´70s, Coqui, con la cocina en isla, un desayunador y un look muy glamoroso con un falso mármol rosado.
-¡Cierto! ¡Tres chic!
-Para mí la reina de las cocinas fashion es Kelly Weartsler, que jamás escatima lujos ni pulimentos.




-Tres chic también, Clari. Pero me temo que voy a tener que hacer algo sencillo,austero y con imaginación...
-A bailar entonces, ¡mi amor! ¿Esta es posible. Te gusta?




martes, 8 de noviembre de 2016

El rescate de un jardín exquisito.


¡Hola! ¿Cómo están? ¡Cuanto tiempo, no?
- Peermiiiiiisoooooo......... Hola Clarisa: ¡cuánto tiempo!
-Sí, estuve ocupada en algunas cuestiones personales y me dediqué especialmente, como a veces corresponde.
-Ahaaaaá... Me hubieras pedido ayuda...
-Hay cosas que nadie puede hacer por una, Coqui. Sino fijate aquí:



-¿Cual es el problema? Estas plantas crecen perfectas sin vos.
-Es el jardín que ahora estoy estudiando.
-  ¿? ¿Estudiando? ¿Estudiando qué?
-Fue declarado por la Unesco patrimonio cultural. Es muy hermoso. Y si lo bello puede surgir espontáneamente, lo espontáneo, como la naturaleza, es mucho más bello hay conocimiento de esa espontaneidad!
- ¡Uffff! ¿No es demasiado?



-Para nada, Coqui. Originalmente, quien lo diseñó, el mexicano Luis Barragán, fue un premiado arquitecto, o poeta, o jardinero exquisito. Pero sin dudas...
-Ehhhh!!!!! Qué exagerada, Clarisa!
-No, no. Detrás de esas piedras mudas, él inventó algo que no existía: la fusión entre modernidad e identidad, que podría traducirse también como entre entorno e intimidad.
-Suena raro todo eso. Igual que lo del conocimiento.
-Ahhhhhh... ¿sí? No obstante, cuando hacia mediados del siglo XX la arquitectura del "estilo internacional" se imponía en todas partes, el jardín de la casa donde vivía, la casa Ortega, lo cuestionba. Claro que Barragán vivía en la casa de al lado, donde él había logrado este hermosísimo jardín:



Desde allí, inmerso en ese paraíso que él creo, delineó su vivienda personal, la casa-estudio Prieto López, y al mismo tiempo incluyó los principios de sus exteriores. Para él la arquitectura y el jardín eran indivisibles. Hagamos de las casas jardines, y de los jardines, casas, decía.





Así, pese a sus grandes volúmenes geométricos, la casa se fusionaría con el paisaje. Y aunque esta fusión fue armoniosa, claaaaroooo, se fue perdiendo en manos de personas que añoraban un jardín ¡más domesticado!




-Y menos respetuoso al proyecto original, imagino.





-Exacto,Coqui.






-Ya lo veo: muy domesticado.
-Si bien el terreno no lo era para nada: desniveles, enormes formaciones rocosas... Barragán dispuso para su jardín de tres estancias delimitadas por el muro próximo al estanque y a una prolija cortina de galvia...





...escalonando el jardín en tres: el de acceso, que es un patio de entrada, un recibidor delimitado de la calle  por un alto muro de piedra; el "Patio de las ollas", inesperado pasaje desde el taller del arquitecto hacia  la piscina y la explanada superior que Luis Barragán llamó "el jardín". 





-Interesante... Esta fotografía de la piscina original muestra cómo fue emplazada sin tocar las rocas en derredor.




 -Aquí hay una fotografía de 1948, el año en que se terminó la casa. Se nota que la piscina y el suelo de roca volcánica  fueron parte del diseño integral de la casa, junto con el jardín superior.





-Ahá. ¡Pero acá se lo ve muy abandonado!
-Esta fotografía es previa a la restauración. En la casa Prieto López, Barragán se dedicó a explorar el nexo entre el espacio íntimo y habitable con el espacio exterior. Sobre la belleza áspera de la lava de Xitle, las irregularidades del terreno eran para él accidentes felices, que aprovechó para recuperar la relación entre el jardín y la casa, las plantas y las rocas, las rocas y el agua.




-¿Pero, y qué pasó con el jardín de la piscina?
-Ah! ¿No? Se me pasó. Ahí, va: Barragán buscó darle valor a la roca, entre los colores locales dados por la vegetación y los espejos de agua. Su criterio constructivo era resaltar las características del lugar. Un lugar que a priori parecía bastante ríspido:




-¡Qué espanto, Clari! ¡Jamás yo me compraría un terreno así!
-Para un buen arquitecto no hay terrenos imposibles Coqui.
-Ya veo...
-Y además, este tiene un encanto propio, es especial, es poco común, ¡y eso también hace la diferencia!





-¡Cierto! La verdad: resultó un milagro.
-No seas tan rígida. Ningún milagro, Barragán hizo una casa hermosa atendiendo a la inspiración que le proporcionaba el entorno.
-Será. Pero para mí es un milagro, Clarisa. El terreno era una porquería.
-¡Ja ja ja ja jaaaa!
-Seguramente, porque para vos sólo si ladra, mueve la cola y tiene cuatro patas es perro. ¡Ja ja ja ja!




La paleta de colores se limitó a los verdes y la gama de rojos, que iba desde el fucsia de las buganvillas o santa ritas al naranja intenso del muicle que ves acá arriba (Justicia Spicigera), planta de uso medicinal muy difundida en México. Para contraste, la hiedra inglesa (Hedera Hélix), resultó una magnífica planta cubresuelos.
-¿Esa de la foto abandonada?
-Exacto. No me interrumpas, por favor, la hiedra tapiza elegantemente el suelo lávico con sus verdes oscuros. Luego usó  el jazmín, la higuera, el colorín (Erythrina coralloides) planta de hojas caducas con semillas muy vistosas





y el pirul (Schinus Molle) o falso pimentero, un árbol siempre verde de gran porte y ramas pendientes parecido al sauce, con semillas color rosa.




- Aháaa! Precioso. Muy combinado el Sr. Barragán.
-Así es. Porque la casa va alternando en sus paredes exteriores con los rosas, naranjas y rojos con el blanco.




-¡Bella!



Y esta entrada sí me parece copada. Es muy moderna.
-Era un verdadero adelantado, un místico, un asceta, un poeta del espacio, y quizás también un minimalista antes de que existiera esta palabra. Mirá su Patio de las ollas:






-¡La puertita desde su taller!
-Sí.¿Te gusta, no? Te conozco, Coqui...
















-Sublime. Original. Reposado.
-Puro arte, ¿no? Una composición relajada casi sin verde. Combina el fucsia de paredes y buganvillas con el naranja de las ollas de arcilla, un elemento bien folk.
-Creo que de ahora en adelante voy a empezar a mirar las cosas que me rodean con los ojos de Luis Barragán y seguramente voy a darles más valor a las cosas ordinarias, las que tengo más a mano. Vos sabes que a veces mi sed de glamour me deja ciega.




-Ciega y con los bolsillos secos, Coqui. Pero Barragán realiza una eficaz síntesis y por lo tanto enorme ahorro de recursos. Entonces me parece que por una vez estas teniendo de verdad una buena idea.
-¿Cierto, no? Me voy a disfrutar del aire y lo que encuentre por ahí, con Espíritu Barragán a full. Chau Clarisa.
-Aplausos, medalla y beso, Coqui. Que disfrutes el paseo. Ya me contarás qué descubriste observando a tu alrededor.
-Okey. Nos vemos mañana.