Fucsia es el color de los tejidos latinoamericanos. El tinte se obtiene de un insecto autóctono de América Latina, y del naranja al marrón vira a múltiples tonalidades de rojo pasando por un exclusivo rosado intenso. Colón lo llevó a Europa como prueba de la otredad de este continente. Fucsia fue el color con el que Frida Kahlo shockeó a Elsa Schiaparelli. Fucsia es identidad 100%. PIENSA EN FUCSIA
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martes, 8 de noviembre de 2016

El rescate de un jardín exquisito.


¡Hola! ¿Cómo están? ¡Cuanto tiempo, no?
- Peermiiiiiisoooooo......... Hola Clarisa: ¡cuánto tiempo!
-Sí, estuve ocupada en algunas cuestiones personales y me dediqué especialmente, como a veces corresponde.
-Ahaaaaá... Me hubieras pedido ayuda...
-Hay cosas que nadie puede hacer por una, Coqui. Sino fijate aquí:



-¿Cual es el problema? Estas plantas crecen perfectas sin vos.
-Es el jardín que ahora estoy estudiando.
-  ¿? ¿Estudiando? ¿Estudiando qué?
-Fue declarado por la Unesco patrimonio cultural. Es muy hermoso. Y si lo bello puede surgir espontáneamente, lo espontáneo, como la naturaleza, es mucho más bello hay conocimiento de esa espontaneidad!
- ¡Uffff! ¿No es demasiado?



-Para nada, Coqui. Originalmente, quien lo diseñó, el mexicano Luis Barragán, fue un premiado arquitecto, o poeta, o jardinero exquisito. Pero sin dudas...
-Ehhhh!!!!! Qué exagerada, Clarisa!
-No, no. Detrás de esas piedras mudas, él inventó algo que no existía: la fusión entre modernidad e identidad, que podría traducirse también como entre entorno e intimidad.
-Suena raro todo eso. Igual que lo del conocimiento.
-Ahhhhhh... ¿sí? No obstante, cuando hacia mediados del siglo XX la arquitectura del "estilo internacional" se imponía en todas partes, el jardín de la casa donde vivía, la casa Ortega, lo cuestionba. Claro que Barragán vivía en la casa de al lado, donde él había logrado este hermosísimo jardín:



Desde allí, inmerso en ese paraíso que él creo, delineó su vivienda personal, la casa-estudio Prieto López, y al mismo tiempo incluyó los principios de sus exteriores. Para él la arquitectura y el jardín eran indivisibles. Hagamos de las casas jardines, y de los jardines, casas, decía.





Así, pese a sus grandes volúmenes geométricos, la casa se fusionaría con el paisaje. Y aunque esta fusión fue armoniosa, claaaaroooo, se fue perdiendo en manos de personas que añoraban un jardín ¡más domesticado!




-Y menos respetuoso al proyecto original, imagino.





-Exacto,Coqui.






-Ya lo veo: muy domesticado.
-Si bien el terreno no lo era para nada: desniveles, enormes formaciones rocosas... Barragán dispuso para su jardín de tres estancias delimitadas por el muro próximo al estanque y a una prolija cortina de galvia...





...escalonando el jardín en tres: el de acceso, que es un patio de entrada, un recibidor delimitado de la calle  por un alto muro de piedra; el "Patio de las ollas", inesperado pasaje desde el taller del arquitecto hacia  la piscina y la explanada superior que Luis Barragán llamó "el jardín". 





-Interesante... Esta fotografía de la piscina original muestra cómo fue emplazada sin tocar las rocas en derredor.




 -Aquí hay una fotografía de 1948, el año en que se terminó la casa. Se nota que la piscina y el suelo de roca volcánica  fueron parte del diseño integral de la casa, junto con el jardín superior.





-Ahá. ¡Pero acá se lo ve muy abandonado!
-Esta fotografía es previa a la restauración. En la casa Prieto López, Barragán se dedicó a explorar el nexo entre el espacio íntimo y habitable con el espacio exterior. Sobre la belleza áspera de la lava de Xitle, las irregularidades del terreno eran para él accidentes felices, que aprovechó para recuperar la relación entre el jardín y la casa, las plantas y las rocas, las rocas y el agua.




-¿Pero, y qué pasó con el jardín de la piscina?
-Ah! ¿No? Se me pasó. Ahí, va: Barragán buscó darle valor a la roca, entre los colores locales dados por la vegetación y los espejos de agua. Su criterio constructivo era resaltar las características del lugar. Un lugar que a priori parecía bastante ríspido:




-¡Qué espanto, Clari! ¡Jamás yo me compraría un terreno así!
-Para un buen arquitecto no hay terrenos imposibles Coqui.
-Ya veo...
-Y además, este tiene un encanto propio, es especial, es poco común, ¡y eso también hace la diferencia!





-¡Cierto! La verdad: resultó un milagro.
-No seas tan rígida. Ningún milagro, Barragán hizo una casa hermosa atendiendo a la inspiración que le proporcionaba el entorno.
-Será. Pero para mí es un milagro, Clarisa. El terreno era una porquería.
-¡Ja ja ja ja jaaaa!
-Seguramente, porque para vos sólo si ladra, mueve la cola y tiene cuatro patas es perro. ¡Ja ja ja ja!




La paleta de colores se limitó a los verdes y la gama de rojos, que iba desde el fucsia de las buganvillas o santa ritas al naranja intenso del muicle que ves acá arriba (Justicia Spicigera), planta de uso medicinal muy difundida en México. Para contraste, la hiedra inglesa (Hedera Hélix), resultó una magnífica planta cubresuelos.
-¿Esa de la foto abandonada?
-Exacto. No me interrumpas, por favor, la hiedra tapiza elegantemente el suelo lávico con sus verdes oscuros. Luego usó  el jazmín, la higuera, el colorín (Erythrina coralloides) planta de hojas caducas con semillas muy vistosas





y el pirul (Schinus Molle) o falso pimentero, un árbol siempre verde de gran porte y ramas pendientes parecido al sauce, con semillas color rosa.




- Aháaa! Precioso. Muy combinado el Sr. Barragán.
-Así es. Porque la casa va alternando en sus paredes exteriores con los rosas, naranjas y rojos con el blanco.




-¡Bella!



Y esta entrada sí me parece copada. Es muy moderna.
-Era un verdadero adelantado, un místico, un asceta, un poeta del espacio, y quizás también un minimalista antes de que existiera esta palabra. Mirá su Patio de las ollas:






-¡La puertita desde su taller!
-Sí.¿Te gusta, no? Te conozco, Coqui...
















-Sublime. Original. Reposado.
-Puro arte, ¿no? Una composición relajada casi sin verde. Combina el fucsia de paredes y buganvillas con el naranja de las ollas de arcilla, un elemento bien folk.
-Creo que de ahora en adelante voy a empezar a mirar las cosas que me rodean con los ojos de Luis Barragán y seguramente voy a darles más valor a las cosas ordinarias, las que tengo más a mano. Vos sabes que a veces mi sed de glamour me deja ciega.




-Ciega y con los bolsillos secos, Coqui. Pero Barragán realiza una eficaz síntesis y por lo tanto enorme ahorro de recursos. Entonces me parece que por una vez estas teniendo de verdad una buena idea.
-¿Cierto, no? Me voy a disfrutar del aire y lo que encuentre por ahí, con Espíritu Barragán a full. Chau Clarisa.
-Aplausos, medalla y beso, Coqui. Que disfrutes el paseo. Ya me contarás qué descubriste observando a tu alrededor.
-Okey. Nos vemos mañana.