Fucsia es el color de los tejidos latinoamericanos. El tinte se obtiene de un insecto autóctono de América Latina, y del naranja al marrón vira a múltiples tonalidades de rojo pasando por un exclusivo rosado intenso. Colón lo llevó a Europa como prueba de la otredad de este continente. Fucsia fue el color con el que Frida Kahlo shockeó a Elsa Schiaparelli. Fucsia es identidad 100%. PIENSA EN FUCSIA
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martes, 17 de mayo de 2016

Los livings vienen de los Luises, ¿me explico?





-Como no Coqui. Esto es una visita de amiga. No te hagas la intrigante.
-¡Te cuento! Tengo dos invitaciones para el té. ¿Vamos? Es en un lugar re-lindo, lujoso y chic.
-¿Vamos al Bubington´s Tea Room?
-¿La famosa casa de té de Roma?






-¡Del mundo, Coqui! A los pies de las escalinatas de Piazza Spagna, y con los colores romanos en las ventanas...
-¿Puede ser que te estes volviendo snob? ¡Te estoy invitando con la mejor onda a un lugar lindo!
-¿Y tengo que ir sí o sí?
-Claro. No me preguntes más. Una vez fui y había muebles con muchas volteretas, un ambiente refinado, sutil, hermoso, femenino y en tonos pasteles que seguramente disfrutarás.






-¡Ya sé! Debió ser algún lugar con estilo francés. ¡Están tan de moda!
-¿Ahá? ¿Como éste?




¿Luis XV ¿no?
-Quizás sea Luis XV: rococó.
-El mueble francés fué el compañero natural de las muebles de los ´60s. Mirándolo bien...
-Ahí hay Luises 15, 16, 17...
-¿Puede ser que seas tan sabihonda, Coqui?
-Luis XV: cristales, espejos, esterillas, curvas. Luz, mucha luz. Que se produce, que se refleja, que pasa a través....





-¡Coqui! ¿me estas tomando el pelo? ¡Es el living de Cocó Chanel!
-¡Obvio!
-¡Con razón me gustó! Por la luz y los sillones cómodos.
-¿No porque todo el conjunto es espléndido?
-¡Ah, sí! Eso también.





-Estos livings están hechos en un estilo especial de mobiliario que predominó durante el reinado de Luis XIV de Francia, llamado Rey Sol. Un estilo para sentarse y pasar el tiempo.
-Me quedo con cosas más sencillas, las de mediados del siglo XX.
-Como esto... ¡bien sesentistas!





-¿Como éste!...Muy lindo
-De la norteamericana Bonnie Cashin, un must del diseño en los  '60s. Eran tiempos de glamour. Vos no te llevas muy bien con él ¿no?
-Prefiero el confort.




-Cálido y confortable dentro de lo rústico pero snob.
-Como yo, Coqui.
-¡Oh, vamos! El asunto es que el living tiene su origen en los salones, que hacen su aparición en el siglo XVI.  Pero es en el siglo XVIII cuando adquieren toda su relevancia. Sino mirá Dangerous Relation Ships. El salón es el escenario principal.




-¡Y qué salón!
-En realidad los salones se convierten en el espacio de libertad femenina, donde todas las convenciones sociales quedan fueran y preparan el camino para la liberación de la mujer.
-Mientras todos toman el té, Coqui, una costumbre burguesa que se afianza en Francia, las mujeres confabulan, espían, trafican información y favores. Como en el famoso salón de Mariquita Sánchez de Thompson, eterna conspiradora donde se cantó por primera vez el himno nacional argento.
-¡Ah,mirá: no sabía! En ese momento el salón toma como norma la libertad de expresión, con la usual intervención de un “estrella del momento”, los concurrentes asiduos y una moderadora femenina.
-¿Ves que coincide la cosa?
-La cosa es que entonces, en Paris y en Buenos Aires...
-Ahora "la cosa" me gusta más.




- ... la conversación es refinada y la agitación intelectual es el plato principal.
-¡Je! En Buenos Aires se seguía la moda francesa al dedillo. De hecho, los colores de la bandera no eran del cielo sino de la casa de los Borbones, y el salón de Mariquita no tenía nada que envidiarle al de María Antonieta!  El de Mariquita era una pequeña reserva del matriarcado donde se infiltraba la sectaria cultura masculina, y allí se discutían como en Francia las ideas de la ilustración, la literatura, las ciencias y la política.
-Lo interesante es que cualquier norma moral o religiosa quedaba fuera de esos salones, en la película que me nombraste se ve muy bien. De ahí que en países de moral estricta, los salones no existieran. Junto con eso el salón significaba comodidad... ¡vida relajada!
-Lo sigue siendo, Coqui.




-Cada vez más. Pero en el siglo 18 es cuando se logran todos los elementos que hacen nuestra vida más agradable en este sentido. Surge una infinidad de formas de acomodar el cuerpo al sentarse: la silla, el sillón, la chaise longe o el sofá. También es el momento en que se fija la distribución de las habitaciones, distinguiendo, por ejemplo, entre el comedor con sus muebles específicos, la alcoba, el salón, la antecámara y un sinfín de pequeñas habitaciones íntimas como el boudoir, el cabinet de travail o despacho e incluso, en algunas viviendas, el cuarto de baño.
-Sí, podría decirse que cada vez tiene mayor importancia una forma de living "intimo", que se hace menos formal con el paso de los siglos, y donde se reúne la familia y comparte toda clase de actividades.







-En Estados Unidos se usan mucho. Aquí, es a falta de habitaciones que el living es una suerte de salón familiar.
-Así que el living viene de los antiguos salones palaciegos...
-La culpa es de los Luises: el florecimiento de los salones, con sus intrigas y placeres, nos dejó una herencia de muebles, espejos, cristalerías,  juegos de té y bocados exquisitos que devino en el living, un lugar relajado para compartir buenos momentos.





-Entonces, con tu permiso, Coqui, voy a mostrarte el living de dos argentinos coleccionistas de arte, un living muy francés ideal para tomar un exquisito té.
-¿Hay opción?
-No. Se trata del departamento de los anticuarios Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez.





-¡Cuanto color!
-Sí, Coqui, pero ves la distribución clásica, los distintos tipos de asiento, la mezcla con muebles orientales, la chinnoiserie,  los brillos... Te voy mostrando





















-¡La compartimentación! Dividido en espacios para leer... ¡y para comer!




-Sí. Lindo depto, ¿no?
-¡Qué poco pulida, Clari! Es un departamento espectacular.
-Me parecía. Acá cantaría gustosa Mariquita Sánchez de Thompson.






-Y María Antonieta posiblemente disfrutaría mucho de las obras de arte.
-De todos modos, livings hay muchos, Coqui. Aquí y aquí ya hemos estado estudiándolos.
-El living es una habitación que da que hablar. Y los debe haber para todos los gustos. Este, para living francés, es muy original, Clarisa. Gracias por mostrármelo.
-De nada, amiga. Estuvo muy linda la charla.
-Como debe ser en un salón Au revoir, cher amie.
-Au revoire.

lunes, 18 de abril de 2016

Un refugio en la selva misionera: la mansión Bemberg




-Hola Coqui. ¿Te acordas que tenía un tema pendiente?
-Sí, el del arquitecto Bustillo, que desde que te mostré el Llao Llao no volviste a mencionar.
-Bueno, estoy en eso. ¡Hizo tantas obras ese hombre! Estudiaba sus capillas cuando me encontré con esto y...





-¡Ya sé: te copaste!
-Digamos. Es que siempre me gustaron los puentes, su otro lado nos espera con algo desconocido y en este caso es la selva de Misiones, que bien vale un viajecito
-¿A esta porteña, ciudadana del hormigón y urbana empedernida, le vas a hacer recorrer las partes más vacías de la República?
-¿Porqué no? ¡En tu "vacío" hay tantas cosas para ver!
-¿Por ejemplo?
-Esto: la mejor posada -sin discusión- de Iguazú.
-¿Iguazú dijiste? ¿cataratas? ¿selva y tierra colorada?




-Así es: quiero hablarte de la finca de una familia que hizo historia.
-¿En la selva? ¿Y quienes son?
-Desde Puerto Bemberg, el embarcadero construido por la primera generación que recalara en la provincia de Misiones a orillas del Paraná, a la cervecería Quilmes, pasando por María Luisa, la Bemberg que rompió el molde haciendose directora de cine, varias generaciones reconocen el apellido ligado en el país con la producción a gran escala de yerba mate.
-El apellido no está perdido en la selva, lo identifico perfectamente con la cerveza; pero no sé nada de la casa de que me hablás.



-Es la de Otto, el primero de los Bemberg llegado a la Argentina en 1852.
-¡Estas muy informada!
-Por supuesto. El hombre, tras progresar en Buenos Aires como importador-exportador y montar una destilería, fue nombrado cónsul argentino en París, donde se dedicó a fundar bancos que financiarían sus diversas empresas.
-¡Qué raro un banquero financiándose a sí mismo con la "mercadería" de otros!
-Dejemos aparte los méritos ocultos de los banqueros, Coqui. La cuestión es que de vuelta en los confines de América y ya convertido, gracias a sus rupias contantes y sonantes, en uno más de la aristocracia local, recibió del entonces presidente Julio A. Roca -
- ¡Como premio a su riqueza, seguramente!
-es posible, un ingenio y copiosas tierras en la zona del Alto Paraná. Misiones todavía no era una provincia sino selva  impenetrable a poblar, y mejor–según el paradigma de la época– con inmigrantes blancos y europeos.
-¡Obvio!
-Sos racista.




El hecho es que a mediados del siglo XX el gobierno de Perón, posiblemente como una forma de hacer justicia, estatizó las propiedades de los Bemberg en el Alto Paraná. Más tarde y recuperadas, la familia vendió parte de esas tierras a una compañía forestal chilena y se guardó otra para emprendimientos de turismo.
-¡Qué progresistas... y ecológicos!



-La selva misionera forma parte del Bosque Atlántico, una franja verde que llega desde el norte de Brasil. Y es una de las selvas más hermosas y amables del mundo, Coqui, uno de los mejor protegidos y más accesibles del mundo, porque a diferencia de lo que ocurre en Brasil, en Misiones la deforestación no causó estragos irreparables.
-Es curioso: ni yo ni nadie asocia a la Argentina con una "rain forest".
-Cierto. Pero todo el noreste es una selva lluviosa. La casa está situada estratégicamente sobre las barrancas del mítico río Paraná, y es un confortable refugio estilo alemán en medio de la selva aún virgen. Que hoy sea una posada nos permite curiosear en los exteriores e interiores de la propiedad.



-¡Qué emocionante, Clarisa! ¡Así que lo que hoy es posada era la "Mansión Bemberg"!
-Sí. Puerto Bemberg nació como hotel en 1945, cuando fue expropiada por Perón, y así funcionó hasta fines de los 70. Cuando el grupo Bemberg tomó la decisión de vender la propiedad, ésta fue comprada en 2003 por herederos de la rama Bemberg. Son 13 habitaciones, más una suite y una casa privada lejos del casco principal.
-Woooooooooooooooooooooowwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww!!!!!!!


¡Woooooooooowwwwwwwwwwwwwwwwwwww!



¡WOooooooooowwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww!




-¡Woooooo
-¡Basta Coqui! ya me dí cuenta de que te gusta.
-¡Es grandiosa, tipo Africa Mía!
-Siempre igual vos: antigua y cursi.



-¿Esa galería no te recuerda a las noches de Meryl Streep y Robert Redfor en la selva?
-¡No jodas, Coqui!





-¿No? ¡Mirá qué romántico!
-Vamos a entrar. Y cortemos la onda ridícula, Coqui.








-¡Ay! Pero me recuerda tanto esa película...
-¿Por la selva?
-Por todo
-¿Por ejemplo?



-¿Qué es eso? En Africa no hay caballos marinos.
-No Coqui. Es un tapir. Una especie de chancho salvaje de la selva misionera.
-Mejor volvemos a la casa. ¡Los chanchos nunca me gustaron!




-¡Qué living! ¡Cuánto abolengo!




-No tanto, Coqui. Los muebles de estilo europeo se mezclan con adornos autóctonos y cueros de vaca que van alfombrando distintos tramos del lobby, dándole carácter mestizo a toda la decoración. Y vos sabes que todo mestizaje pierde abolengo.
-Sos una aguafiestas. Sin embargo, este comedor...







- Sí. Si vos decís...




-¡Una colección de mates y bombillas sobre la mesa vestida, Clarisa!
-Te lo dije: mestizaje












El yaguareté (un felino autóctono en extinción) tallado en madera por artesanos del lugar custodia los libros. Cuando viajé a Cataratas traje como recuerdo esos animales tallados: monos, tapires, tucanes, y toda la fauna del lugar. Lindos y baratos.
-Mmmm. No creo que tanto







La amplísima y nutrida biblioteca de Otto conserva todos sus volúmenes.











Y la flora autóctona esta presente en las distintas estancias, con su fresca belleza y colorido.














-¡Qué elegante este dormitorio, Clarisa! Con este me quedo yo.
-Bueno.

























El mirador, los senderos, la reserva natural propia y el vivero de autóctonas, junto a la caminata de media hora que lleva hasta la cascada Guatambú y los paseos en bote hacen posible meterse en el corazón mismo del Bosque Atlántico, donde el aroma de la selva brota en ráfagas de humedad dulce y perfumada en su infinita y misteriosa variedad de verdes.






-¿Y esta capilla?
-Toda familia de larga prosapia y abolengo que se preciara de aristocrática tenía que tener una en sus tierras. Me extraña, Coqui, que no lo sepas.
-Interesante.
-La capilla es otra de las construcciones originales del predio, en perfecto estado de conservación y con unos maravillosos vitraux.






-Tomaré nota. Capilla por ahora no tengo, Clarisa, pero si es algo de alcurnia, veré como procurarme una.
-Estas muy loca, Coqui. Estas antiguas bellezas que ves te hacen mal. Mejor, para la próxima, tratamos sobre algo moderno y sencillito, ¿te parece?
-Puede ser, puede ser.