Fucsia es el color de los tejidos latinoamericanos. El tinte se obtiene de un insecto autóctono de América Latina, y del naranja al marrón vira a múltiples tonalidades de rojo pasando por un exclusivo rosado intenso. Colón lo llevó a Europa como prueba de la otredad de este continente. Fucsia fue el color con el que Frida Kahlo shockeó a Elsa Schiaparelli. Fucsia es identidad 100%. PIENSA EN FUCSIA

domingo, 29 de enero de 2017

Los patios pompeyanos de Buenos Aires




-¡No discutamos más, Coqui! Jamás pensé que esta charla sobre nuestras simpáticas y populares casas chorizo iba a terminar así. ¡Hemos hablado tanto de las casas chorizo!
-¿Cuando?
-Cuando "visitamos" la casa Di Tella de Clorindo  Testa y el Jardín Encantado, ese hotel de Francis Ford Coppola.
-¿Ah, si? Entonces no me digas que tienen "patios pompeyanos".
-Esta bien Coqui. Las casas chorizo tienen patio. Su disposición es una réplica de los patios pompeyanos.



-¿Qué acordamos recién?
-Que no te  iba a decir que las casas "chorizo" tienen patios pompeyanos.
-¿Otra vez? Sos desafiante. El patio pompeyano, Clarisa, es cuadrado y alrededor se disponen las habitaciones en forma de O. La O nada tiene que ver con el patio de la casa chorizo, que se extiende a lo largo como los chorizos atados con hilo en una ristra, o como lo vagones de un tren.
-¡Y a pesar tuyo es así!
-¡Ahhhhh!, ¿sí?
-Sí. Yes. Oui. Mirá:


Plano 2

-¡Perfecto plano de casa pompeyana!
-Muy bien. Ahora mirá:



-Veo las habitaciones, una detrás de otra con dos patios y un quincho detrás.
-¿Qué pasaría si pusieras un espejo a lo largo?
-¿¿¿¿¿¿What???????
-Ay, no te hagas la tonta, Coqui.
-Y vos no te hagas la misteriosa.
-¿¿¿¿¿¿What??????? Los inmigrantes italianos adaptaron la planta pompeyana a los terrenos rioplatenses, muy  angostos,  cortándola longitudinalmente por la mitad.
-¡Ingeniosos! O ingeniosa tu explicación, Clarisa. Dudo todavía.
-Con el patio cortado a la mitad, las habitaciones pasaron a formar una hilera junto a la medianera, igual que en los conventillos, esas gigantescas casas de inquilinato donde se amuchaban las familias de italianos y españoles.




-¡Y el patio se hizo lateral y se aprovechó en la ciudad para que el verde entre a la casa!
-Sí, mirá esta remodelación, cómo aprovechó el patio:













-¡Wooooooowwwwwwwwwwwwwwwww! ¡Divina!
-¿Ahora estas de acuerdo, Coqui?
-Ahora tiene lógica. Aunque la versión oficial es que los inmigrantes eran pobres, y fueron construyendo una habitación atrás de la otra según les permitía el bolsillo.
-A mí me gusta más pensar que son una réplica de las casas pompeyanas, idea que las emparenta también con las casa de campo de La Pampa.



-¡Cierto, se parecen!
-Así que, Coqui, estamos de acuerdo en que los patios de las casas chorizo son un oasis en la gran urbe.
-No sé si adhiero a tu planteo, aunque la idea de que provengan de los patios pompeyanos es encantadora.
-¡Ah, sí, claro! ¡Por aquí son tan escasos los blasones... tan impostadas las aristocracias! Y generalmente estos patios siguen a una hermosa habitación que se comunica al patio con algún vitral colorido o un magnífico vitreaux en las casas de los más acaudalados, dándoles un aire artístico y cierto abolengo no desdeñable en estas tierras de nativos denigrados e inmigrantes delincuentes, huérfanos o necesitados. A vos e tiene que encantar la idea, Coqui.







-Bueno, bueno, no exageres.
-Convengamos en que hay especial cuidado en conservar esa disposición y esas vidrieras, que son casi el único elemento de valor que tienen estas casas. Aunque yo creo que su mayor virtud es que pueden ser maravillosos jardines donde reunirse a tomar mate!¿Te parece?
-Me encanta la idea de reconciliarnos, pero no con un mate caliente, sino con un tereré bien frío y pomelado.
-¡Hecho! ¡A brindar por los días en familia bajo el cielo de verano!







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